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Constantemente, nos cambiábamos de casa para que la policía no se diera cuenta del problema en el que estaba metida mi mamá y mi padrastro. Desde hace años, su trabajo con la droga, nos alejaba a mis hermanos y a mí, de nuestros amigos, barrio y de nuestra abuela. ¡Cada día era más difícil! Así que a mis 9 años, decidí buscar ayuda para mi familia. Me acerqué a la policía en mi barrio.
Luego de un tiempo, mis hermanos y yo llegamos a la Aldea de Quito. Mi mamá… cambió su domicilio, así que el equipo de Aldeas Infantiles SOS no pudo continuar trabajando con ella. Crecí en la Aldea junto a mis dos hermanos menores, ahí recibimos alimentación, educación, vestimenta, atención médica y sobre todo el apoyo para continuar visitando a mi abuelita.
Cuando tenía 16 años, llegó un correo para el equipo de Aldeas Infantiles SOS, invitaban a los chicos de Aldeas a participar para una beca de estudios pre-universitarios en United World College, una organización en Costa Rica. Entre 5 y 6 adolescentes cumplíamos con los requisitos; así que pasé por los procesos de aplicación: entrevistas, pruebas y debates. Recuerdo que envié mis papeles con mucha emoción y todas las esperanzas puestas en eso; me emocionaba la idea de viajar, de estudiar, pero sobre todo de construir un futuro para poder ayudar a mis hermanos, mi abuelita y los chicos de Aldeas.
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Todas las mañanas esperaba una respuesta. Finalmente, en mayo del año pasado, llegó un correo que en letras grandes decía
“APROBADO”, era mi puerta a un cambio
. Cuatro meses más tarde, llegué a Costa Rica, enfrentando nuevas experiencias y conocimientos. Fue difícil, pero con el tiempo me acoplé a los cambios que esta aventura exigía. Aprendí cosas nuevas y experimenté costumbres diferentes junto a mis amigos del colegio, que vienen de otros países.
Aprobé el quinto curso y vine de vacaciones a Ecuador para visitar a mis hermanos, a mi abuela y compartir con mis amigos durante tres meses. Estos días me sirvieron para estar más cerca de las personas con las que crecí, estaba emocionado por volver a verlos. Durante mi estadía participé de diferentes actividades de la Aldea como visitar un infocentro o ser el monitor del campamento vacacional. Además, ayudé en los proyectos de la red de adolescentes comunicadores, participé en las acciones de la campaña impulsada por Aldeas Infantiles SOS #QuieroVivirConMiFamilia y compartí mi tiempo con un grupo de scouts.
Regresé a Costa Rica para terminar mi último año de colegio. A futuro, sueño con estudiar una carrera universitaria y vivir con mis hermanos que todavía se encuentran bajo la protección de Aldeas Infantiles SOS.