Cambio de roles: de Mamá a Educadora de Cuidado


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El trabajo de las Educadoras de Cuidado ha pasado por cambios continuos y básicos. El papel de la educadora se igualaba al de una madre por el hecho que la atención se enmarcaba al modelo familiar. Por eso se las llamaba Madre SOS. Ahora el nombre cambió a Educadora de cuidado, la persona que tiene bajo su responsabilidad los cuidados de los niños, niñas y adolescentes que participan en nuestros Programas.

“Como educadoras nos sentimos más profesionales, nos involucramos en los procesos, en la participación continua del análisis de casos para conocer los avances y las acciones a trabajar”, afirma una de las educadoras que ha vivido esta transición.

La transformación es básica con la  participación de espacios de talleres y capacitaciones. Así la misma educadora nos explica que a través de estos talleres “adquirimos conocimientos de aspectos básicos para el desarrollo de nuestras acciones,  tomamos  más seguridad y responsabilidad en nuestro trabajo diario y a ejecutamos nuestras propias decisiones dentro del contexto en el que nos encontramos”.

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Añade: “Hay una parte fundamental en la que nos sentimos que aportamos de manera significativa junto al equipo y la familia de origen o ampliada de cada niño, niña y adolescente en el proceso para la reinserción”. Expresa también que “la satisfacción más representativa es cuando el niño regresa a su entorno con su familia”.

Actualmente este rol como educadora ha dado un giro positivo. Así lo menciona Vanessa, educadora quien acompaña en la atención directa en casa en territorio: “Dentro del proceso me veo como esta persona que está aportando a fortalecer el vínculo afectivo entre el grupo de hermanos y su familia de origen para que  se forme un ambiente protector y no se vulneren los derechos de los niños, niñas y adolescentes.”

Vanessa se considera importante en ser parte del desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes ya que “con mis cuidados y enseñanzas les he podido inculcar valores”. El trabajo de educadora permite que la familia y especialmente la madre, se involucre en las actividades cotidianas de sus hijos, y así  fortalecer el objetivo de la reinserción familiar.

 
María Fernanda Quezada
Corresponsal Programa Portoviejo