En la Aldea Infantil de Cuenca, con enorme agrado, recibimos la visita desde Suecia de la señora Honorin Ekman y su familia, quienes visitaron Ecuador para conocer a su ahijada Vanessa.
Vanessa vive con su familia biológica desde el 15 de octubre de 2014 en la parroquia Javier Loyola, provincia de Azuay, junto a sus hermanos y hermana, donde comparte alegres momentos con su familia, logrando restituir su derecho a vivir en familia.
Al ponernos en contacto con la familia y en particular con Vanessa, corrió por el ambiente una energía especial, ya que la visita de Honorine y su familia era muy esperada. Le contamos que su madrina venía a Ecuador acompañada de su familia y era una excelente oportunidad para compartir inolvidables momentos juntos.
En su llegada al país, Honorine Ekman y su familia fueron recibidas por el equipo de Padrinazgo Internacional, quienes cálidamente les dieron la bienvenida en Quito. Días después, el 26 de diciembre, junto a Michael Kirchmair (coordinador de padrinazgo internacional), viajaron a Cuenca para visitar la Aldea Infantil SOS.
Visitaron la casa donde vivió Vanessa, compartieron momentos con niños y niñas que fueron sus hermanos de casa, recordaron junto a la educadora las historias y anécdotas sobre su vida en la Aldea. Estos fueron gratos recuerdos llenos de risas y fotos, en donde Honorine compartió las emociones que sintió al recibir las cartas y el cariño que Vanessa transmitía en sus letras y renglones.
Durante su visita en la Aldea de Cuenca, la educadora Carmita expresó un mensaje en inglés para los visitantes como agradecimiento por su compromiso, en particular a Honorine, quien es responsable de la protección y restitución de derechos en una Unidad Especializada de niñez en Suecia.
Honorine, su esposo, su hijo y sus dos hijas, junto al equipo de Aldeas Infantiles SOS, partieron al anhelado encuentro para conocer finalmente a Vanessa, mientras viajaban acrecentaba el interés por conocer a la familia.
En el lugar de encuentro no se hicieron esperar las muestras de afecto y de alegría que provocaba el encuentro: Honorine y Vanessa se conocían después de mucho tiempo de escribirse y recibir noticias en cartas y a través de fotografías.
Este era el momento de Honorine, hasta entonces Michael se había encargado de la traducción, así que ella interrumpió y sacó un papel, miró a los presentes y leyó: “Quiero compartir un mensaje para Vanessa, lo he hecho en español y espero que esté bien”. Todos y todas en medio de conmoción recibieron atentos el mensaje, particularmente Vanessa, sonriente y gustosa de sentir el afecto de su madrina. Honorine agradeció por el recibimiento de la familia y animó a Vanessa y sus hermanos a permanecer unidos en compañía de sus padres.
Un gran y fuerte abrazo acompañó este momento inolvidable para Vanessa, quien contó sobre su vida en familia, sus estudios, las tardes de juego con sus amigas y hermanas, y también la alegría que tiene de estar con su familia.